lunes, 19 de marzo de 2012

El problema va a ser cuando se den cuenta de que soy diferente. Cuando este ahí, frente a esos ojos sin miradas, a ese auditorio lleno de genios vacíos, a ese egoísmo científico, a ese ejercito de progreso de las cavernas. Todo Estocolmo esperaba mi discurso, no es para menos, no todos los dias se entrega un premio Nobel y mucho menos a un Astrónomo.La comunidad científica esperaba mi error en tan importante acontecimiento y, de no poder ser así, al menos esperaban que cuente mi secreto. La envidia les hervía la sangre y les secaba la lengua, y las razones eran aun mucho mas profundas que una diferencia en la metodología. Según ellos, lejos de dignificar la profesión, mi único propósito era bastardearla con palabrarerios teóricos y oscurantismo poético. Me acusaban de no entender las leyes de la física y de otario a la hora de aplicar las ciencias de la tierra, pero de ser asi, ¿Por que yo obtenía los logros que ellos tanto anhelaban? ¿Por que me ofrecían en bandeja los laureles que ellos tanto deseaban? ¿Por que siendo un incapaz obtenía un reconocimiento sin par entre mis colegas? Creo tener la respuesta.

En el ambiente de los genios nada es como parece, todo los que desde afuera se ven como hombres de claustro, como locos desinteresados del mundo exterior, abstraídos en sus laboratorios, ensimismados en sus proyectos en realidad son la clase de persona que jamas les gustaría conocer. Representan a ese segmento de la población humana mas despreciable, competitiva, altanera y obsecuente que jamas se puedan imaginar. Y no solo eso, algunos de los que disfrutan declarando públicamente mi supuesta falta de respeto hacia la astronomía ni siquiera son lo suficientemente valientes para admitir que ellos no aman este trabajo. Aquí el quid de la cuestión.

Muchos, lo mas prolíficos, han escogido la astronomía por su sorprendente facilidad para con las ciencias exactas. No es que sientan una particular atracción por ella, simplemente su capacidad intelectual les permite llevar acabo las tareas necesarias para concluir con sus proyectos.
Otros, han transpirado mas de la cuenta por un poco de prestigio. El estatus que brindan este tipo de ocupaciones es tan grande que cientos de simples normales, a priori incapaces de poseer las cualidades mentales que requiere esta ciencia, han logrado llegar a buenos puertos pero no a la cima.
Por ultimo, los mas despreciables e inverosímiles de todos, los mercenarios. Sus esfuerzos se han visto enfocado a la obtención del vil metal a costas de las ciencias y el progreso humano. Esta claro que a ellos no les cambiaba la vida el hecho de que se me reconociera en el ambito académico pero el hecho de sospechar que de la mano de estos podían venir acompañados suculentos contratos, los hacia rabiar al por mayor.
Muy lejos de estos estratos de la comunidad científica, existe otro que es demasiado poco popular al extremo de contar con un solo integrante.Yo. No pretendo que me crean eso de que el dinero no es importante o que el reconocimiento nada tiene de valor, pero, desde el principio fui muy distinto a ellos ya que nunca perdí mi humanidad, y si estoy acá ahora es por una mujer. Cuando ella no resistió y me dejo, hace ya mucho tiempo, le prometí que iba a encontrar a la estrella mas radiante en todo el cielo y así todos sabría de ella.Si, mi logro máximo fue haber conseguido encontrar una nueva estrella en nuestro firmamento y ponerle su nombre. Amanda es mi razón.

(El doctor Batteri sale a dar su discurso ante la Real Academia de Ciencias de Suecia...)